España está en huelga. O eso dicen. Unos con la boca pequeña, para que no lo oiga Merkel. Otros, con la boca grande. ¡Que se entere todo dios!
Pero, la verdad, al final, entre soflamas, chapas, banderas (de España no, nadie se asuste), pancartas y megáfonos solo se oye hablar de polígonos, mercados de abastos y plantas de fabricación de automóviles. El resto, ni fu ni fa.
¿Protagonistas? El rollo de la huelga se ha convertido en un sainete cuyo reparto lo forman los sindicatos y los partidos y sus militancias contrarios y favorables a la convocatoria. El resto asiste como público obligado pensando más que nada que ya sabe de que va la obra. Pues eso, que ni fu ni fa.