Hubo un tiempo en que los profesores de Lengua y Literatura de los colegios e institutos el último día antes de las vacaciones de Navidad leían a sus alumnos a modo de felicitación Rastro de Dios, un breve cuento de Montserrat del Amo. Rastro de Dios es un ángel que no sabe volar pero que recibe la importante misión de custodiar la estrella que debe guiar a los Reyes Magos hasta el Niño Jesús.
Los Santos Reyes, en su palacio, miraban las estrellas, y uno les dijo indicando aquélla que «Rastro de Dios» llevaba en su mano: ‘¡Miren! ¡La señal! ¡Ha nacido el Hijo de Dios!’. Y «Rastro de Dios», lleno de felicidad, se echó a reír alegremente.
¡FELIZ NAVIDAD!